Todos leemos páginas web de profesionales que desean darse a conocer a través de Internet. Las áreas pueden variar desde la odontología hasta el “geocatching”.
Tomemos por ejemplo el primer caso, porque uno podría pensar que un odontólogo no puede ejercer fuera de su país. ¡Pero sí puede atraer a turistas que no hablan su idioma si puede ofrecerles alguna ventaja competitiva, sea precio, especialización o ambos! Esto se conoce como "turismo médico" y es un concepto viejo que ha ganado fuerza ahora con Internet.
El hecho es que muchos de esos profesionales pueden ofrecer sus servicios más allá de su propio país y no lo hacen por falta de tiempo, porque no tienen suficiente confianza en su manejo de otro idioma o simplemente porque no saben. ¿Por qué no ofrecerles entonces los servicios de traducción de su sitio web, para empezar?
Resulta suficiente redactar, de manera profesional y con argumentos convincentes, una carta bastante general exponiendo los beneficios de tener una página web en otro idioma y enviarla a varios clientes potenciales. Para ello, el traductor se puede basar en dos ideas:
1) Los beneficios generales de tener una página web.
2) Los beneficios de este mundo globalizado, donde las fronteras de un mercado no siempre coinciden con las fronteras de un país.
¿Suena obvio? No para todos. Seguramente todos conocemos a algún profesional que es excelente en su área y no lo ha hecho, por las razones ya mencionadas.
Otra modalidad es redactar una carta (también en este caso, muy general, para que pueda ser utilizada en varias oportunidades) y enviarla cuando nos encontramos con sitios web que ya ha sido traducidos.
En este caso, habría que explicarle al cliente, de una forma muy profesional, cómo una mala traducción está afectado su posible mercado o cómo una buena traducción se puede mejorar. Además, en este caso se obtiene otro beneficio, toda vez que esta carta sería un ejemplo de educación al cliente, al explicar qué hacen los traductores y por qué su trabajo tan sumamente valioso. Si el traductor no consigue al cliente, cuando menos aportó un granito de arena a la profesión.
Si se gana el cliente, el segundo paso es ofrecerle servicios de traducción para sus nuevos clientes en su nuevo mercado. El trabajo del traductor puede variar significativamente, dependiendo qué tanto se extienda el profesional en ese nuevo mercado: desde encargarse de las comunicaciones (orales o escritas) con los clientes (traducirlas o editarlas), servir de intérprete de enlace si los clientes lo visitan a su país e incluso, dependiendo del éxito del profesional en su nuevo mercado, de las publicaciones, charlas, etc. que el profesional desee ofrecer a sus nuevos clientes.
¡Es uno de esos casos en que todos ganan! Gana el profesional al promover sus servicios en otro mercado, obtener nuevos clientes y obtener un feedback enriquecido porque proviene de una cultura distinta a la usual; gana el traductor al obtener un cliente directo que, en el escenario ideal, le ofrecerá un volumen constante de traducciones.